viernes, 23 de agosto de 2013

Quiero ser tu Amo

Afortunadamente, en mi opinión y para mi placer, no es posible definir de manera absoluta y tajante las diferentes posibilidades de la sexualidad y la interacción humanas. Y las categorías que nos inventamos resultan siempre pocas, insuficientes, desbordadas por la inmensidad de lo que pretenden delimitar y definir. Por eso no es fácil responder a ciertas preguntas que hacen los curiosos o interesados en el tema BDSM: "¿Qué te hace tu Amo?", "¿Cómo ser un Amo?", "¿Cómo conseguir sumisa?".

Es claro que lo que más se muestra y se publicita del BDSM es lo relacionado con la indumentaria y el juego sadomaso, imágenes, videos y relatos de mazmorras y calabozos llenos de cepos, potros, cruces, y mujeres esculturales envueltas en látex, que casi levitan sobre unos tacones de mínimo 25 centímetros, con agujeros disponibles para los Doms, o actitudes crueles y despectivas hacia sumisos indefensos.

Por lo tanto, no resulta extraño que la imagen que muchos tengan del BDSM sea esta. Y no pretendo negar el deleite que me provocan algunas de las actividades "típicas" de este tipo de escenas. Sin embargo, a la hora de pensar en reunirse, verse, jugar, en fin, relacionarse, con otras personas fuera de la pantalla, el porno sadomasoquista no es la mejor fuente de información.



"Pero... ¡Es que a mí me gusta dar órdenes!". Lo entiendo, es divertido. No eres el único, le gusta a muchos, incluso a mí. Es más, le gusta a casi cualquier niño mayor de 2 años, que puede pasárselo todo el día con: "dame mi juguete", "llévame al parque", "cómprame ese dulce", o "quiero irme a casa ya". Como te darás cuenta, no es difícil, basta manejar los rudimentos del lenguaje para lograrlo. Ah, pero conseguir que otra persona te obedezca voluntariamente y con placer, esa es otra historia... y requiere esfuerzo. Así que no, no es eso lo que te hace un Amo.

"Er... bueno... ¡Me gusta el sexo duro!". A mí también. Pero no necesito ser sumisa para tenerlo. Ni tampoco hay que ser Amo para conseguirlo. Basta con que dos personas quieran tener un juego sexual un poco fuerte, que acuerden una serie de actividades, tomen las precauciones para llevarlas a cabo, palabra de seguridad incluida, y ya está.

"Pues... me gustan los juguetes". Fantástico. Los juguetes pueden ser el complemento perfecto para una actividad y abren nuevas posibilidades. Pero tampoco se necesita ser Amo para usarlos. Hasta donde sé, los venden libremente en los sex shops y algunos hasta se pueden fabricar en casa.

"Soy un experto haciendo nudos" Qué bueno. El conocimiento de las técnicas es muy importante para disminuir los riesgos posibles y la ocurrencia de un accidente. Aunque es tanto o más importante conocer a la sumisa, física, mental y emocionalmente. Pero mucha gente puede llegar a conocer las técnicas. Para mí, eso no basta.

"¿¿¿Y entonces???" En mi opinión, un Amo es aquel capaz de ganarse y mantener la confianza de su sumisa, y asumir todo lo que eso conlleva. Lograr que ella voluntariamente se arrodille frente a Él ofreciéndose completa, mostrando sus miedos y vulnerabilidades, y aún así sintiéndose segura, sin dudas o vergüenza. Conseguirlo significa tener la paciencia y dedicación suficientes para conocerla como persona, saber qué la motiva, qué le disgusta, qué piensa, cómo reacciona. Es entender que someterla implica darle tu respeto y ganarte el suyo. Eso es lo que te hará ser un Amo.