sábado, 11 de junio de 2011

Impura y hereje

Interesarse, involucrarse, practicar, estar a gusto, adentrarse en el bdsm implica, más temprano que tarde, darse cuenta que existen unas normas sociales, más o menos rígidas, sobre las formas válidas y legítimas de sexualidad, erotismo y/o construcción de relaciones afectivas, y enfrentarse también a unos niveles mayores o menores de discriminación que, en el mejor de los casos, provocarán el silencio y ocultamiento de estos gustos e intereses para evitar el señalamiento.
Yo me considero afortunada. El entorno inmediato en que me desenvuelvo tiene, en general, una actitud de respeto hacia las diferencias, y varios de mis amigos cercanos conocen mis tendencias, aunque no les interese o no las practiquen, existe incluso alguno que las desaprueba, pero nunca ninguno me ha agredido o irrespetado, ni siquiera ha insinuado que yo pueda estar "equivocada". Asumen simplemente que, como en otros aspectos, como la música, la religion o lo que sea, tenemos opiniones distintas.
Paradójicamente, aunque he encontrado un enorme respeto en mi mundo "vainilla", es en el bdsm donde me he enfrentado a discriminaciones y recriminaciones. Veo con preocupación que aparecen cada vez más "puristas" predicando sobre las formas "verdaderas" del bdsm, sobre "cómo debe ser" (de manera absoluta y sin discusión) un (a) sumi o un (a) Dom, con la consecuente descalificación de quienes, según su criterio, no viven el bdsm "como debe ser". Y no me refiero a esos principios que, a la larga, no tienen que ver tanto con el bdsm como con una manera deseable de construir relaciones: disfrutar lo que se hace, preocuparse por el bienestar de la otra persona, propender por el mutuo crecimiento y aprendizaje, tener paciencia con las dificultades de la otra persona, y ese tipo de cosas. Hablo de la obligatoriedad de ciertos comportamientos por fuera de la vivencia particular de una pareja Dom/sumi.
Sé que el protocolo puede ser una parte muy importante del disfrute y el tono mismo de una escena, actividad o lugar. Hay lugares, físicos y virtuales, que adoptan algunos de esos convencionalismos, otros no, y no por ello son unos "más bedesemeros" que los otros. Sin embargo, no es lo único ni es lo que nos hace bedesemeros, ¿o sí? Existen toda una serie de códigos y símbolos en el bdsm, muchos de los cuales me resultan muy atrayentes, pero ¿significa eso una manera obligatoria de vivirlo? ¿En qué momento se convirtió esto en una especie de secta con un tribunal inquisitorial que condena a los herejes? A veces, desde el bdsm hay una crítica al mundo vainilla por intentar imponer unas reglas universales y absolutas, pero resulta que se cae en la misma dinámica, haciendo juicios (y condenando, la mayoría de las veces) sobre relaciones o comportamientos que no se ajustan a las "normas universales del bdsm": "un sumiso nunca tutea a un Amo", "esos de allí sólo se metieron al bdsm por moda", "y acaso sabes lo que es un [poner aquí cualquier nombre de práctica o artilugio]?".
Entonces tomamos distancia de la rigidez de las normas ¿simplemente para imponer unas nuevas, igual de obligatorias y restrictivas? ¿No presenta acaso mayores posibilidades de disfrute y crecimiento, que cada persona (sea cual sea su rol), que cada pareja de Dom/sumi (o como quiera que se hagan las combinaciones) construya su propia relación basada en sus deseos, gustos, miedos, límites, intereses, perversiones y demás? ¿O debo prepararme acaso para la aparición de gurús bedesemeros, no ya en túnicas blancas, si no en sendos trajes de cuero, que guíen a las masas por el camino de la luz (o de la oscuridad, si les gusta más la imagen)?
Si es así, les ahorro el trabajo, les ahorro el juicio. A mí bien pueden considerarme impura, a mí bien pueden considerarme hereje.

1 comentario:

  1. Buena, está muy buena esta entrada sub. Y no me voy a tildar de "no juzgar" a nadie, porque en su momento lo he hecho, pero pasa el tiempo y uno mismo se da cuenta que no debe hacerlo, que cada quién vive su vida como desea vivirla, de hecho, por eso cada vez que expongo algo aclaro que es mi manera de ver el tema, mi forma de vivirlo o si coincido o no con alguién que manifiesta su deseo por vivirlo conmigo.

    Creo que lo mas importante aquí es la claridad, la claridad con uno mismo, la claridad de lo que se quiere y la claridad con aquél que se acerca a uno. Entre más transparencia y fidelidad a lo que se siente se tenga, más fácil será encontrar una pareja con la cual vivir el BDSM o con la cual compartirlo.

    Gracias sub, por tus reflexiones y amistad.

    princesita sumisa

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